La mirada de Ameen

           «El componente más importante de una cámara fotográfica está detrás de ella»                                                           Ansel Adams

 

La historia de Ameen, un joven sirio refugiado en Líbano, es un ejemplo de superación y esperanza en que la frase del fotógrafo Ansel Adams cobra una más profunda importancia.

Ameen tuvo que huir, muy joven, de la guerra en Siria. El detonante para esa huida definitiva fue una experiencia especialmente dolorosa, ya que el pequeño presenció la muerte de sus propios padres. Esas muertes, junto a toda la violencia y sufrimientos vividos, siguen atormentando los sueños de Ameen, que llegó a Líbano acompañado de sus abuelos. Con ellos, pudo establecerse en uno de los campamentos de refugiados gestionados por URDA Spain. Allí, el equipo encargado del Apoyo Psicosocial a la Infancia, se volcó en lograr que Ameen pudiese enfrentar sus miedos. Al poco tiempo se convirtió no sólo en uno de los que mayor confianza en sí mismo adquiría y que con mejores resultados atendía a las actividades escolares, sino también en un pequeño líder que ayudaba al resto de niños a seguir su ejemplo.

De esta manera, el campamento de refugiados se convirtió para Ameen en un campo de juegos en que poder liberarse de los dolorosos lazos con el pasado que dificultan su camino hacia un futuro de libertad y dignidad. Allí comenzó a acompañar al fotógrafo de URDA, convirtiéndose en su compañero inseparable, aprendiendo poco a poco los mecanismos técnicos de la cámara fotográfica, aportando sus puntos de vista y, siempre, sonriendo y dispuesto a ayudar. Para Ameen, la cámara fotográfica era una máquina mágica capaz de traducir en imágenes las emociones.

Un día se le preguntó a Ameen cuál era el mayor de sus sueños. La respuesta fue inmediata: «¡Una cámara fotográfica! Sueño cada día con tener mi propia cámara y captar con ella momentos, situaciones, personas y todo lo que me rodea.» Las palabras de Ameen llegaron a muchas personas que le conocían, que le veían a diario sonriendo en compañía del fotógrafo, que se sorprendían con sus avances escolares y su continua disponibilidad para ayudar a cualquiera que lo necesitase. Todos estuvieron de acuerdo en lograr que el joven viese cumplido su sueño.

Estamos tan acostumbrados a ver miles de imágenes diarias, a través de nuestros teléfonos móviles, pantallas de ordenador, televisores, que podemos llegar a olvidar su importancia. Ameen ha comprendido esa importancia desde muy joven, y ha decidido convertirse en los ojos de muchos otros. Hoy, a cualquier hora del día, se le puede ver recorriendo el campamento con su cámara fotográfica, atento a todo lo que ocurre a su alrededor, captando hasta el más mínimo detalle de la vida de muchas personas que, como él, siguen soñando con un futuro mejor. Nosotros estamos seguros del prometedor futuro que tiene por delante, y de que algún día el mundo podrá conocer mejor la realidad de las personas refugiadas gracias a la mirada de Ameen.

En URDA Spain creemos en la necesidad de ofrecer oportunidades de futuro a todos aquellos niños en situación de especial vulnerabilidad. Creemos en el empoderamiento comunitario y en la necesidad de impulsar cambios perdurables en las vidas de esos niños para mejorar no sólo sus vidas, sino el entorno social en que se desenvuelven. Por eso, seguiremos potenciando nuestros Programas de Protección a la Infancia, para que Ameen y otros niños como él puedan ver cumplidos sus sueños.

¡Tú también puedes ayudarles!

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