La estancia en un campo de refugiados siempre empieza siendo una situación temporal. Sin embargo, los trámites para la solicitud de protección internacional o asilo suelen alargarse tanto que en muchas ocasiones los campos de refugiados se convierten en un hogar para miles de personas.
Una nueva vida en un campo de refugiados
Según ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados), las personas desplazadas pasan de media 17 años en un campo de refugiados, mientras se desarrolla un proceso que les permita regresar a su país u obtener la documentación necesaria para residir en otro país. Lo que empieza como un paréntesis en muchos casos se acaba convirtiendo en una cotidianidad que dura mucho más de lo que esperaban. A los refugiados no les queda otro remedio que aceptar esa nueva vida con resignación, colaborando con los cooperantes o emprendiendo pequeños negocios que les puedan reportar unos ingresos para subsistir. Mientras, los más pequeños asisten a las escuelas de campaña para seguir sus estudios y no pierden las ganas de jugar.
En la actualidad más de 20 millones de personas viven en campos de refugiados. Son asentamientos temporales que están supervisados por Naciones Unidas y que son gestionados por ONG de todo el mundo. Dentro de un campo de refugiados pueden llegar a acogerse unas 30.000 personas. URDA Spain trabaja en 36 campos de refugiados en Líbano atendiendo las necesidades de miles de personas desplazadas. La mayoría son sirias, pero también se encuentran muchas personas palestinas. La acción de los profesionales desplazados de URDA Spain a Líbano se centra en mejorar las condiciones en las que viven dentro de los campos de refugiados los miles de personas que se han visto obligadas a huir de sus países debido a conflictos bélicos, guerras o desastres naturales. En espacios que no superan los 20 metros cuadrados pueden vivir hasta siete personas y durante el invierno las lluvias y las nevadas empeoran las condiciones en las que viven.
La vida en los campos de refugiados en Líbano
Cada día la vida en un campo de refugiados es un reto al que deben enfrentarse todas las personas que se encuentran allí. Sin electricidad, con el agua racionada, teniendo que hacer cola para ir al baño, con letrinas compartidas por muchas personas. El día a día dentro de un campo de refugiados no es un tarea fácil ni sencilla. El invierno endurece aún más las condiciones en las que viven los refugiados y en algunas zonas del país las nevadas son frecuentes y es muy habitual que las temperaturas desciendan por debajo de 0º.
Líbano se ha convertido en un país al límite de sus posibilidades. Su ubicación geográfica, en medio de los conflictos que persisten en Oriente Medio, le convierte es un país de acogida para millones de personas desplazadas, sobre todo provenientes de Siria. Con una población cercana a los 7 millones de habitantes, más de un millón son refugiados sirios y unos 650.000 son palestinos. Esta situación provoca una fuerte presión demográfica dentro del país, que acentúa la ya debilitada economía libanesa.
Sin la labor de organizaciones internacionales como URDA Spain, la situación de los refugiados sería aún más delicada. URDA Spain ha desarrollado hasta hoy más de 100.000 acciones de ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo, ha repartido más de 18.500 kits de alimentación y ha ayudado a más de 3.300 niños y niñas a través de un apoyo psicosocial y educativo. Además, tras la devastadora explosión que sacudió Beirut en agosto de 2020, URDA Spain ha rehabilitado 2 hospitales y 2.000 viviendas.

El empoderamiento de las mujeres en los campos de refugiados
Las mujeres son un colectivo esencial para URDA Spain. Fortalecer su autonomía, apoyar su recuperación emocional y fomentar su inclusión laboral son objetivos prioritarios para la organización. El empoderamiento de las mujeres redunda en una mejora de la calidad de vida de sus familias y por extensión de la comunidad en general. El 20% de las familias refugiadas sirias están encabezadas por una mujer, debido a la desaparición de sus maridos por homicidio, secuestro o desaparición forzosa. Además, en algunos casos, sobre todo si hablamos de las mujeres más jóvenes, hay que protegerlas de la explotación y el acoso sexual. Su grave situación económica las convierte en víctimas frecuentes de insinuaciones sexuales inadecuadas o les proponen dinero a cambio de sexo. Empoderarlas es una cuestión prioritaria para alejarlas a ellas y a sus hijos de estos abusos.
Los niños también son un colectivo muy importante para URDA Spain. Los niños son el presente y el futuro del mundo y debemos garantizarles unas condiciones que garanticen que puedan llegar a ser adultos fuertes, independientes y sanos.
En este sentido, URDA Spain promueve el apadrinamiento de niñas y niños refugiados, impulsando una mejoría en sus condiciones de vida y al mismo tiempo proponer beneficios colectivos dentro de la comunidad donde viven con sus familias.