En el mundo 1 de cada 95 personas se han visto obligadas a huir de su hogares. A finales de 2020, 82,4 millones de personas se encontraban desplazadas por la fuerza, debido a persecuciones, conflictos, violencia o violaciones de los derechos humanos.
De ellas 26,4 millones de personas son refugiadas, y más de la mitad de estas son menores de edad.
A pesar de tratarse de un problema de una extrema gravedad, existen soluciones que pueden ayudar a paliar la dramática situación que viven estas personas. A continuación analizamos algunas de ellas.

1.Abrir rutas seguras
Muchas personas desplazadas asumen grandes riesgos cuando escapan de sus países. En su huída deben enfrentarse a escenarios terribles que ponen en peligro sus vidas. Muchas de estas personas viajan con sus hijos e hijas e incluso algunas mujeres
viajan embarazadas. Es indispensable crear rutas sin riesgos que permitan a estas personas llegar a un destino seguro. Para ello es necesario proporcionarles visados para que no tengan que gastar los ahorros de toda su vida ni para que puedan arriesgarse a morir ahogadas en su huída.

2. Detener a las bandas de traficantes
Los gobiernos de todos los países deben perseguir y castigar a las bandas de traficantes que explotan a las personas refugiadas y migrantes. Las instituciones responsables deben garantizar la seguridad de las personas que huyen de sus países víctimas de conflictos o persecuciones. En algunos casos estas bandas llegan a matar a las personas que no pueden pagar su rescate, arrojándolas al mar.
Los gobiernos también deben perseguir todas las manifestaciones de xenofobia y racismo que se producen dentro de sus países y que dificultan aún más la situación de las personas refugiadas.

3. Invertir en operaciones de ayuda y salvamento
Más de 7.000 personas se han ahogado en el Mar Mediterráneo desde que se produjera el primer gran naufragio en octubre de 2013. Salvar vidas debe ser la prioridad de todas las instituciones nacionales e internacionales. Ni una persona más debería morir cruzando una frontera. Los gobiernos deben invertir en políticas de búsqueda y salvamento que garanticen una ayuda inmediata a las personas que la necesiten.
Además, se les debería permitir cruzar las fronteras aunque no dispusieran de la documentación necesaria. Impedirles la entrada sólo les obliga a buscar rutas aún más peligrosas.

4. Reasentar a las personas más vulnerables
El reasentamiento es una fórmula clave para proteger a las personas refugiadas que más lo necesitan. Entre este colectivo podemos citar a las mujeres que están sufriendo abusos, las personas con problemas de salud o o las personas que han sufrido torturas.
Más de un millón de personas necesitan urgentemente el reasentamiento, pero menos de un 20% lo consiguen. Los países más ricos son precisamente los más reacios a ofrecer oportunidades a las personas que huyen de sus países. Esta negativa
obliga a muchas personas desplazadas a permanecer atrapadas en países menos ricos que les ofrecen muy pocas oportunidades.

5. Dar acceso al asilo
Pedir asilo es un derecho de todas las personas. Ningún país debería impedir la entrada a su territorio a ninguna persona. El proceso de asilo debe ser un proceso imparcial y eficiente, aunque a la hora de la verdad muchos gobiernos mantienen a muchos solicitantes de asilo esperando incluso años para obtener una respuesta definitiva. Los menos afortunados son devueltos a sus países de origen, donde su vida puede correr un grave peligro.

6. Reagrupar a las familias
Mantener unidas a las familias puede ser esencial para integrarse en otra sociedad y empezar una nueva vida. Sobre todo los menores necesitan la compañía de sus padres en una situación tan delicada. Los gobiernos deben facilitar a las personas refugiadas que se reúnan con sus familias promoviendo la reagrupación familiar. La vida familiar es esencial para enfrentarse al reto de vivir en otro país y adaptarse a otra cultura.

7. Ofrecer visados de trabajo
Conseguir un empleo es una vía muy importante para integrarse en un nuevo país. La independencia económica y el reconocimiento social contribuyen a elevar la autoestima de las personas refugiadas. Los gobiernos deberían ofrecer con más facilidad permisos de trabajo y las empresas tendrían que contratar a personas refugiadas. Muchas de ellas cuentan con una excelente formación y una amplia experiencia profesional. Encontrar un empleo en sus países de adopción es crucial para que las personas refugiadas se sientan seguras y afronten un futuro con garantías para ellos y sus familias.
URDA Spain trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables, sobre todo las personas migrantes, refugiadas, desplazadas o afectadas por conflictos bélicos o catástrofes naturales. Tú puedes ayudarnos haciendo una donación en este enlace o enviando un BIZUM al 03230.